EL TERROR YA ESTABA ALLÍ. BABY, DE NIGEL KNEALE.

El estreno en plataformas digitales de FRAGMENTOS DE UNA MUJER (Kornél Mundruczó, 2020) me ha traido a la cabeza un título producido por la BBC en 1976 que exploraba también el trauma por la pérdida del infante recién nacido. El título en cuestión es BABY, y constituía uno de los seis capítulos de BEASTS, espléndida serie de episodios autoconclusivos e independientes escritos por el monumental Nigel Kneale, criatura de creatividad desbordante al que le debemos mucho más de lo que imaginamos.

El argumento de BABY se resume en lo siguiente: un veterinario y su mujer embarazada se mudan a una casa de campo en algún lugar remoto de Inglaterra. Mientras se realizan unos trabajos de reforma para adecentar el lugar, los empleados contratados para tal menester encuentran una vasija tras un viejo muro que acaba de ser demolido. En el interior del recipiente descansa la momia de una extraña criatura que ni el veterinario ni un colega suyo son capaces de identificar. La situación se volverá inquietante y temible cuando la superstición y la incertidumbre indiquen que detrás de tal hallazgo podría esconderse una antigua maldición local cuya finalidad es la de asegurarse que nadie pueda dar a luz de forma segura ni en aquella casa, ni en toda la región.

Para ser justos, BABY se acerca más a un cruce entre LA SEMILLA DEL DIABLO y los relatos de fantasmas de M. R. James (algo muy propio de Kneale) que a la película protagonizada por Vanessa Kirby, que fluye a través de un naturalismo muy grave, manierismos acrobáticos y una mirada seria que imprimen carácter y ayudan a desviar la atención sobre lo despoblado que está el bosque. Pero dejemos las comparaciones a un lado, que tampoco era la intención, además de que aunque parten de cosas parecidas son historias que transitan por caminos muy distintos.

El relato de Kneale, que tiene ciertos paralelismos con su celebérrima mini serie QUATERMASS AND THE PIT (1957), utiliza el hallazgo de la vasija centenaria para construir un relato que, si bien se desarrolla por los canales de lo sobrenatural y de las supersticiones ancestrales, opta dejar a un lado lo fantástico para centrarse en una exploración más profunda de la inestabilidad psicológica, de las inseguridades y de la histeria. 

Los trabajadores locales, gente sencilla y amable pero que siente respeto por la tierra y las viejas costumbres, creen que la criatura de la vasija podría ser el familiar de alguna bruja depositada allí con la intención de afectar la fertilidad de la zona. Jo y su marido son en cambio gente moderna que no cree en cuentos de viejas y que son muy de mirar hacia delante, y hasta aquí todos pensaríamos que el chiste es obvio y que el desenlace está ya cantado. Pero Kneale, que era muy de la isla de Man y que había crecido sabiendo que lo misterioso es parte indisoluble de lo humano, mantiene su mirada sobre el personaje de Jo y sus miedos e ignora lo más obvio.

Jo ya había perdido a su primer hijo en un embarazo anterior y ahora se encuentra con que tiene que afrontar sola su paranoia ante los riesgos que planean sobre la llegada del segundo. Está viviendo aislada del mundo, en un lugar al que se han mudado por el trabajo de su marido, donde todo le es ajeno y donde no termina de sentirse cómoda. Las supersticiones locales, que en lo narrativo anticipan la llegada de un potencial peligro, alimentan en lo dramático los recuerdos de Jo para con su hijo muerto y allanan el camino a la histeria gracias a un ejercicio de pura asociación. Su marido, más preocupado por su trabajo y poco atento a los devaríos y manías de su joven mujer embarazada, es poco receptivo a sus inquietudes sobre el desenlace de su siguiente embarazo. Hay una pátina de dominación masculina e incomprensión en la que ella se siente ignorada, y en la que tiene que afrontar sola la llegada de su hijo bajo el doloroso recuerdo de la ausencia del primero.

BABY es un espléndido trabajo de ficción televisiva. En lo formal adolece de esas texturas tan propias de las ficciones de la BBC de la época, grabadas en vídeo en lugar de ser registradas en celuloide, pero en lo conceptual y lo narrativo es estimulante y turbador. En cierto modo puede recordar a un episodio de THRILLER (titulada en España TENSIÓN), la magnífica serie creada por otro nombre mayúsculo de la historia de la televisión británica como era Brian Clemens, pero dejando a un lado ese gusto por lo criminal para adentrarse en los terrores que viven en nosotros, que nos agitan y nos definen, y que no pueden ser explicados de ninguna otra manera que no sea sucumbiendo a ellos.

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